Sí, se lamen botas y Alexander Skarsgård interpreta a un motero BDSM que tiene el comportamiento de un padre emocionalmente inaccesible, pero todas esas cosas crean un vehículo sorprendentemente hermoso para el placer y el dolor de descubrir nuestras identidades sexuales y románticas. Skarsgård y Melling son irreales, dos interpretaciones muy vulnerables (y esporádicamente superdivertidas) que construyen la dinámica exacta necesaria para vender el tira y afloja de esta relación. Por momentos me recordó a Phantom Thread y Call Me By Your Name, hay una pareja de primeros planos en la que estaré pensando durante un tiempo. ¡Bien! |