Críticas de Pools

Un fresco coming-of-age que combina energía juvenil, diversión nocturna y una sutil exploración del duelo. Sam Hayes, en su ópera prima, construye una escapada nocturna vibrante que transforma el dolor de una pérdida personal en redención colectiva. ★ 8/10

Personajes principales:
Kennedy (Odessa A’zion): estudiante universitaria brillante con beca que, tras la muerte de su padre, se evade en aventuras nocturnas saltando de piscina en piscina.
Reed (Mason Gooding): ex deportista que busca demostrar que es más que un “jock” y ansía ser comprendido.
Blake (Tyler Alvarez): aspirante a médico, responsable y ansioso, encuentra en Kennedy un impulso para liberarse de la presión académica.
Delaney (Ariel Winter): ex amiga cercana de Kennedy cuyo reencuentro en una noche tensa marca un punto de vulnerabilidad y reflexión.
Shane (Francesca Noel): amiga del grupo con sentimientos no resueltos hacia Reed, aporta tensión emocional.
Michael (Michael Vlamis): técnico de aire acondicionado que aporta calma y sabiduría inesperada, mostrando una ruta alternativa al camino universitario.

Lugar de rodaje
La película fue filmada en Lake Forest, Illinois, destacando la mansión histórica Innisfail II (Cudahy Estate) como escenario principal de las fiestas nocturnas en piscinas privadas.

Curiosidad importante
Aunque aparenta ser una comedia juvenil de verano, la historia funciona como metáfora del duelo: cada salto al agua simboliza el intento de Kennedy por reconectar con lo perdido y reencontrarse consigo misma.

Pools es refrescante y vivaz, y evoca la sensación de sumergirse en lo más profundo de una piscina en los días caninos del verano.

En lugar de considerar dónde o si hay un corazón en esta película específica, Hayes parece más preocupado por capturar la vibra vaga de cierto tipo de película independiente para adolescentes, una en la que la vida se vuelve real, pero no hay nada como ser joven, salvaje y libre.

“Pools” no es profunda, pero mantiene el interés en las vidas emocionales y los encuentros extraños, y Hayes mantiene la imagen en movimiento mientras busca representar la frustración de una persona que se siente atrapada en su propia vida.