Críticas de la prensa de ¡QUÉ VERDE ERA MI VALLE!

No se puede negar su poder para conmover y entretener a la audiencia, gracias al brillante director John Ford que detalla de forma agradable los fosos y valles de la famosa novela de Richard Llewellyn

Bella, equilibrada, con momentos de un lirismo que el cine ha olvidado.

Actuaciones sólidas de Crisp y O'Hara aunque McDowall, como protagonista joven, hace una interpretación especialmente memorable, mientras que la ambientación muestra a Gales en su máximo esplendor

La conciencia social de Ford convence

Una magnífica experiencia cinematográfica 

Un logro cinematográfico hermoso y conmovedor 

El libro (...) se ha convertido en una extraordinaria e interesante película, una que calienta los recovecos del corazón con su empática presentación de los problemas humanos, las aspiraciones espirituales y los problemas económicos 

Está repleto de interés humano, romance, conflicto y casi cualquier emoción humana que encaja con los estándares cinematográficos para todas las audiencias. 

Una película elegante y elocuente 

Ford era un director que entendía el arte de la trama y sabía cómo aportar una humanidad amable a sus actores y los personajes que encarnaban. 

No es la película del yo, sino la película del nosotros. Quizás hay pocas en la historia del cine que se le comparen en exaltación del sentimiento de interdependencia, en tributo al espíritu gregario y a la idea de comunión intergeneracional.