Me pareció una película muy divertida y, a la vez, reflexiva. La historia de un ladrón que roba solo techos de cobre suena ridícula, pero la forma en que la cuentan te engancha. La actuación del protagonista es fantástica, tiene un carisma que te hace quererlo a pesar de sus excentricidades. No es una comedia a carcajadas, es más una tragicomedia con un corazón muy grande. Me gustó mucho el mensaje sobre encontrar tu propio camino, por más extraño que sea. |