Una película que sabe crear una atmósfera brillante, pero cuyo resultado se ve lastrado por su apego [Labed] a un giro argumental inesperado.
Con demasiada frecuencia, las películas valoran el concepto por encima de la emoción y la provocación estéril por encima de la sinceridad, un error que Labed evita sabiamente en beneficio considerable de su película.