Críticas de la prensa de SHAME

No creo que sea capaz de volver a verla

'Shame' parece menos formal, menos enraizada en el lenguaje de la instalación artística que 'Hunger', la película anterior de McQueen y por ello es mucho más satisfactoria. Es un cine fluido, riguroso, serio

'Shame es demasiado devastadora y brutal para resultar reconfortante. Pero Fassbender y Mulligan son dinamita y McQueen es un provocador nato

McQueen realiza un inteligente uso de los largos planos secuencia cruzados con tomas cortas y ágiles, dotando al film de un ritmo peculiar, intenso y expresivo.

Guiada por una interpretación feroz y brillante de Michael Fassbender, 'Shame' es un auténtico paseo por el lado oscuro (...) Esta película, llena de cruda sexualidad, levantará una excitación considerable entre los críticos y el público serio 

Pocos realizadores han sondeado las agitadas profundidades de la adicción sexual con tanta valentía como lo ha hecho el director británico Steve McQueen (...) Hay muchas razones para estar agradecido por 'Shame' 

Una película psicológicamente claustrofóbica que desnuda a sus personajes literal y figuradamente, dejándolos (y dejándonos) sin nada que esconder 

Una historia que deja poso, que transmite la amargura, la compulsión y el patético aislamiento interior de su protagonista, que te revuelve, que te altera turbiamente el ánimo. 

Una obra maestra. (...) una de las películas más perturbadoras, salvajes y certeras de los últimos años. No es exageración, es entusiasmo. Que no es lo mismo. 

Se le puede reprochar un exceso de intensidad dramática en su desenlace, alguna decisión sospechosa de moralismo (...) pero su sofisticado estilo y su capacidad para aislar y analizar un arquetipo estrictamente contemporáneo la convierten en una obra verdaderamente importante, esencial 

McQueen penetra de un modo insólito en un mundo, el del sexo y sus perturbaciones, por otra parte ya muy penetrado. Pero de la confusión arranca sensaciones lúcidas, y de éstas, momentos mágicos 

[McQueen] prescinde de explicaciones psicológicas tranquilizadoras y sabe cómo impactar, fascinar, provocar e irritar al espectador. 

Una película provocadora, (...) Lo que provoca no es el físico, lo externo, sino todo lo que pasa por el interior. 

No cabe duda, McQueen es un cineasta promisorio. Lo que le falta es saber conciliar sus evidentes intereses estéticos y gusto por la imaginería cristiana con una mirada que igual podría ser distanciada frente a sus personajes, pero más profunda. 

La película del director británico llega precedida por el escándalo, potenciado por la negativa de una cadena de multisalas a exhibirla. Pero no deja de ser un film moralista, que condena a un adicto al sexo al sufrimiento eterno. 

Un personaje introvertido y de pocas palabras es el centro de una historia donde el sexo pasa a ser el tema central. El discurso psicologista se completa con una excelente banda de sonido. 

Creíble personificación de incuestionables recursos sicológicos del guapo Fassbender (...), capacitado para traslucir sus deseos personales e íntimos conflictos pasionales con tal desenvoltura emocional. 

Un retrato perturbador y angustiado (...) Muy incómoda de ver. 

El mayor problema del filme es que este relato se desliza plano, incluso algo monótono y con ciertas escenas reiterativas (...). A la vez, la información que pudo ser significativa carece de una densidad mínima que logre establecer alguna suerte de empatía con el espectador. 

La mayor aportación de McQueen es su trabajo con Michael Fassbender, un actor, al parecer, capaz de cruzar cualquier límite y llegar a cualquier lugar. 

McQueen realmente va hasta el fondo de las situaciones y sabe cómo combinar las imágenes del entorno del protagonista para que complementen –y comuniquen– sus estados de ánimo. 

Arranca tan pero tan bien que cuando uno la termina de ver no puede evitar sentirse decepcionado por el recorrido de la película. 

No es que no tenga algunos buenos momentos, entre ellos un par de logradas escenas de sexo (...) Pero, la verdad, la misma compulsión del protagonista pareciera que también afecta al director Steve McQueen.