Joan trabaja como secretaria de un abogado defensor en la gran ciudad. Está enamorada de un criminal convicto llamado Eddie, y cree que básicamente es una buena persona que tuvo mala suerte en la vida. Empleando su influencia consigue sacarle pronto de la cárcel, e intenta enderezarlo tras casarse con él, pero las cosas no funcionarán como ella esperaba.
Las bellísimas imágenes de Lang desbordan lirismo para crear un sobrecogedor retrato social, un feroz alegato en nombre de la dignidad y una película inmensa, inolvidable.