Creo que esta versión no me convence para nada. Si no llevara el mismo nombre que el clásico de los 90, nadie la asociaría con aquella película tan recordada.
Sí, hay una niñera con malas intenciones, pero hasta ahí llegan las similitudes. La historia no tiene ni la tensión ni el encanto del original; más bien parece un intento de thriller que se queda sin rumbo y sin credibilidad desde el principio.
Mary Winstead hace lo que puede, pero su personaje no transmite nada, y la química con Raúl Castillo es prácticamente inexistente. Él interpreta a uno de los esposos más torpes que se han visto en una cinta de este tipo. Maika Monroe, por su parte, tiene presencia, pero su interpretación resulta plana y no deja huella.
En comparación con la mítica niñera interpretada por Rebecca De Mornay, esta nueva versión se siente tibia, sin malicia real ni personalidad.
En resumen: una película que se olvida rápido. No es un desastre, pero si vas a revivir una historia tan querida, al menos deberías darle algo nuevo o mejor.
Y bueno… esa escena del tampón con ADN fue simplemente innecesaria. | 
U.S.A.
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