Es el signo de los tiempos, el feminismo también llega al terror. Con una estética muy cuidada que recuerda al cine de explotación erótico y satanista de los setenta, con una atmósfera camp y un estilo de serie B con señoras en ropa interior y hombres con poco cerebro, el filme lanza un corrosivo discurso. La protagonista es una mujer despechada que se ha consagrado a la brujería y que se dedica a matar amantes a diestro y siniestro. Una corrosiva reflexión sobre los papeles femeninos en el cine de género. |