Hawái, 1920. El destino de dos jóvenes se cruza cuando un médico llega para atender a los trabajadores de una plantación de café asolada por una enfermedad.
Sin demasiadas sutilezas ni matices en sus planteos, resulta una denuncia obvia y recargada sobre el racismo, las diferencias de clase y -como antídoto- la posibilidad del amor en un entorno marcado por el odio y la violencia.