Como fan de Wendy desde sus días en la radio, ver esta docuserie fue un golpe al corazón, pero también una llamada de atención. Sí, es incómoda, pero también es honesta. Muestra sin filtros lo que muchas veces se oculta: el deterioro de una figura pública que, tras años de éxito, enfrenta problemas de salud mental y física. La serie no busca sensacionalismo, sino visibilizar una realidad dura. Me hizo reflexionar sobre cómo tratamos a las celebridades cuando ya no están en su mejor momento. Para mí, fue un homenaje sincero a una mujer que siempre fue auténtica, incluso en su vulnerabilidad. |