Críticas de la prensa de UNA CUESTIÓN DE TIEMPO

Inteligente y dulce, divertida y realmente emotiva. Probablemente debería venir con una advertencia que diga 'se me ha metido algo en el ojo'.

Reflexiones suscita Curtis entre risas y veras, sin que se le vaya de las manos la relación central de su simpática pareja protagonista. Rachel McAdams es todo lo adorable que se puede ser sin provocar la envidia de las diosas

Curtis (...) sabe ver en los mecanismos del enamoramiento, noviazgo y matrimonio una máquina futurista donde la marcha atrás no solamente es irresistiblemente cómica, sino adorablemente romántica

Es un antiguo mosaico de plumas bajo el que te acurrucarías tras una semana agotadora.

La película peca de inconsistente y pretende rellenar los huecos de un guión meloso y únicamente destinado a crear suspiros, con colores ocres y vestimentas en tonos pastel, sin encontrar un conflicto en la vida perfecta de los personajes.

Con momentos de mucha gracia y encanto, pero con otros bastante irritantes con un discurso cercano a la autoayuda. Igual, si se dejan los prejuicios y el cinismo de lado, hay margen para el disfrute.

Arrastrada por la fantasía y el sentimentalismo, 'Una cuestión de tiempo' parece que pese una tonelada.

Esta película, insustancial y poco reflexiva, pierde la oportunidad de explorar las posibilidades narrativas del extraordinario poder del viaje en el tiempo.

Curtis ha conseguido lo imposible: ha vuelto a 1993 y ha rehecho 'Atrapado en el tiempo' con un Hugh Grant pelirrojo.

Hay los suficientes momentos de risa a carcajadas como para excusar sus intrusiones en el sentimentalismo lacrimógeno y sinvergüenza. 

Curtis termina haciendo una virtud de la narración episódica, una tendencia que ha sido criticada en sus anteriores trabajos; la película, como la vida, es sólo un hecho tras otro, y eso es realmente su elemento más encantador. 

Para cuando llegues a casa del multicines, será como si nunca la hubieras visto. 

'Vendiendo sensiblería al por mayor, sigue siendo una comedia muy bien escrita que se beneficia de un puñado de interpretaciones carismáticas (...) simpática es, pero también conservadora y tremendamente obvia en su moraleja 

Refrescante comedia romántica (...) con un esmerado trabajo de puesta en escena que se redondea con una banda sonora y una fotografía completamente envolventes 

Una historia que, tal vez, daba para más, y tamaños talentos [McAdams, Glesson] quedan desperdiciados. 

El de Richard Curtis es un cine muy comercial, sus películas gustan mucho y con razón. En sus chick flicks, muy en la comedia de situación a la inglesa, retrata personajes bien descritos con diálogos creativos y ágiles. 

Un film liviano e incoherente, portador de una moraleja insoslayable y un romanticismo almibarado. 

Pese a no tratarse de una idea original, el planteo temático propuesto por Richard Curtis, (...), donde se cruzan romanticismo y ciencia ficción, casi siempre suena como seductor y placentero. 

En esta historia se puede encontrar de todo, momentos encantadores, buen humor, alguna que otra pavada, pero todo con estilo y buena onda. 

Consuma sólo a medias su definición en los hechos apenas descabellados como la tópica, atípica y utópica comedia romántica. 

La película hará emocionar aquí y allá (...), a la manera de esas novelitas británicas que tan funcionales son en micros, aviones y aeropuertos. 

Comedia británica sencilla y placentera (...) La trama es simple y encantadora.