Críticas de la prensa de UNA VIDA EN TRES DÍAS

Una obra de cámara, reducida y privada, que se lo juega todo a la baza de los actores en liza

El resultado, sin ser del todo redondo, descubre a un gran narrador aunque con tendencia a la sobrexplicación.

Adaptación del best seller de Joyce Maynard, a medio camino entre el Eastwood de Un mundo perfecto (1993) y el Stephen King más melancólico, prescinde de toda red de seguridad y no teme caer en la compota emocional.

Cinta bien actuada pero estereotipada.

El pastel se ve delicioso, pero 'Una vida en tres días' resulta pasada de moda.

Reitman pincha con un drama de andar por casa (...) no hay ni rastro de ironía, de humor negro, de mala baba. Sólo dolor y lágrimas, un melodrama predecible, salvado y levantado únicamente por dos buenos actores

El excesivo tono serio hace que la historia se estanque en su propio pasado y, además, no saca provecho a sus talentos.

Hay cuidado, sensibilidad, artesanía, en cada fotograma de Labor Day, ¿Pero por qué parece todo tan falso? Es un enigma

'Labor Day' parece como un intento ñoño y gastado.

'Labor Day' está llena de detalles cuidadosamente observados, todos ellos demasiado elegantes para que resulten totalmente genuinos (...) Acaba resultando un romance poderoso, aunque inverosímil 

Reitman parecía haber alcanzado un nuevo equilibrio entre las digresiones cómicas y la tragedia personal (...), pero para cualquier persona que creyera que la complejidad emocional sería un sello distintivo de todas (sus) películas, éste no es el mejor ejemplo 

Reitman mantiene un fuerte control sobre todos los aspectos de la historia para evitar que resulte cursi, excesivamente melodramática o demasiado obvia 

'Una vida en tres días' parece diseñada para la gente que devora las fantasías románticas de Nicholas Sparks. 

Nos quedamos con algunos actores de primer nivel que hacen lo que pueden para intentar llenar cada mirada repleta de sensualidad con algún rastro de humanidad. 

Ridícula película (...) Sobre todo porque además de no poseer lógica interna, la externa es rastrera, con un atraco lacrimógeno tras otro, y un discurso formal de cargante suspense emocional 

Reitman conduce con sutileza y habilidad un argumento tan expuesto a parecer cursi. Sólo la machachona música de Rolfe Kent delata esa cualidad, mientras una sucesión de finales se esmera en darnos lo que podría calificarse de un final feliz. 

Todo es bastante absurdo y la búsqueda de metáforas es demasiado forzada; sin embargo, el film cuenta con una ventaja que compensa muchas-no todas- sus fallas. Se trata de Kate Winslet. 

No es que 'Labor Day' (...) esté mal. En su tramo más parejo –los dos primeros tercios– es un sólido drama convencional. Algo así como una versión menor de 'Un mundo perfecto' y 'Los puentes de Madison. 

La tensión de la película va entre el policial y el melodrama, pero busca abrirse paso hacia un drama romántico. La combinación de todo esto no siempre da el mejor resultado, pero el talento actoral y el oficio del director consiguen que las cosas se encaminen. 

Melodrama sin ambiciones mayores, esta película redefine el síndrome de Estocolmo con un cuadro de gestos, miradas, roces de manos que activan la pasión y cariño eterno de dos seres solitarios y dejados de la gracia de Dios. 

Con algunos momentos de tensión y poco suspenso, correcta en sus planos formales y atractiva la música, Aires de esperanza despierta un mediano interés. 

Del guión y la dirección se agradecen las vueltas de tuerca y las sorpresas, verosímiles y bien dosificadas. 

Las buenas actuaciones (especialmente la de Josh Brolin y el rigor formal ayudan a que la no muy verosímil “Aires de esperanza” se deje ver.