Críticas de la prensa de VERANO DE UNA FAMILIA DE TOKIO

La historia se vuelve más cruda ante lo cual los gags reaccionan volviéndose más irreverentes sin perder la amabilidad. (...) Yamada sigue haciendo lo que mejor se le da.

La comicidad, ya que se trata pese a todo de una comedia, consiste en caídas y trompazos en las que los protagonistas arrastran a los demás roles, así como en gritos y gesticulaciones muy japonesas.

[Yamada] insiste con una tercera entrega con esos mismos personajes y otras peripecias en «Verano de una familia de Tokio», ya absolutamente desprovista de aquel ojo por el que solaba el alma de Ozu.

Ya no funciona con la precisión de la primera. Se imponen demasiados chascarrillos, caídas tontas y humor bufo en las nuevas andanzas del descontrolado padre y su conservadora descendencia

Es el escalón más bajo de una saga que comenzó aspirando a la quietud, el humanismo y la depuración estilística de Ozu y ha acabado soltando añejos improperios para las nueras.