La película es un grito de dolor, una expresión de la frustración que siente una comunidad cuyas heridas aún están lejos de sanar. A lo largo de la trama, se expone de manera conmovedora cómo los delitos graves y sistémicos persisten sin resolverse, y cómo las víctimas ven impotentes cómo estos crímenes prescriben con el tiempo. La película se adentra en la psicología de aquellos afectados por esta situación, destacando la futilidad de hurgar en una herida que parece imposible de cerrar.
"Verano en rojo" es un recordatorio poderoso de que, incluso después de trece años, algunas heridas sociales siguen abiertas y supuran dolor y frustración. La película ofrece una visión reflexiva y conmovedora de una realidad que necesita ser enfrentada de manera más efectiva.
Lo mejor: El elenco, la habilidad de Belén Macías para dirigir la cámara, creando una envolvente experiencia para los personajes, y la potente denuncia social sin ningún rastro de hostilidad.
Lo peor: La película sigue fórmulas ya conocidas en exceso.
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U.S.A.
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