Ya no hay hombres

Ana Falconi es la gerente general de una fábrica, viuda y con un hijo. Ella decide inventar su hombre perfecto para compartir todos sus sueños y deseos. Un grupo de accionistas intenta afilar su salida del poder para dirigir la empresa a la quiebra fraudulenta, pero se negocia con un grupo italiano con el fin de salvarlo. Cuando el enviado italiano, Piero Bellini, llega a Buenos Aires, Ana descubre que es físicamente idéntico al hombre que inventó. Al principio, ella se sorprende, pero pronto los dos trabajan juntos y felices y son capaces de encontrar lo que quieren y necesitan el uno del otro.