Años 20. Una década en la que parece que el país empieza a florecer de nuevo después de levantarse de las cenizas de “la gran guerra” (I Guerra Mundial). España se ha convertido en un país que intenta imitar al resto de Europa poniéndose “a la moda”. Al menos esa fue la intención de Alfonso Abascal al montar la sala de fiestas: “El Continental”. Un café elegante y un poco pretencioso para la época. Su dueño, Alfonso Abascal es un hombre decidido, valiente y con las ideas claras. Sabía que levantar un local así tras la I Guerra Mundial no sería algo fácil. Para ello pidió ayuda a unos prestamistas confiando que la mejora del local solventaría la deuda. Pero la suerte no estuvo de su parte y el local no logró despegar. A partir de ese momento comienza el drama y la tragedia: como no puede hacer frente a la deuda, Alfonso toma una decisión que acarreará terribles consecuencias para su vida y la de sus hijos, Andrea y Jesús.
Por mucho que su envoltorio parezca atractivo al verlo fugazmente en un tráiler, no se sostiene por ningún lado (...) intenta destilar un 'Peaky Blinders' (...) pero resulta un mejunje de garrafón que da auténtico dolor de cabeza.
'El Continental' quería ser 'Peaky Blinders'. También quería ser un wéstern, un cómic, una fábula feminista, un cuento de mafiosos, incluso un ejercicio de estilo (...) quería ser muchas cosas y no consigue ninguna.
El gran esperpento de TVE de los últimos años (...) 'El Continental' debe ser estudiada en las universidades. (...) para saber lo que nunca se puede hacer con una ficción para la pequeña pantalla.