[Crítica primera temporada]: 'In Treatment' es la penúltima obra maestra de la HBO. Remake de una serie israelita (Be 'Tipul) volver a desplegar a estas alturas [2008] una nueva alfombra de alabanzas ante otra producción de la cadena por cable norteamericana puede resultar repetitivo. Dado su formato y tema, aparentemente poco atractivo para el gran público, lo mejor es invitar a que comprueben en carne propia, y prepárense, cómo pueden llegar a enganchar cuatro paredes y unos pocos personajes.
La atractiva doctora. El piloto engreído. La adolescente gimnasta. La pareja con problemas. Y claro; Paul, y Kate, y Gina. Elijan ustedes. Son todos fascinantes. Cuchilladas de realismo e intimidad a través de diálogos inteligentes y verosímiles –sin siquiera necesitar ser ingeniosos- que penetran con asombrosa adicción en la mente de un espectador atónito. Te dejan ansioso de más, anhelante de las próximas visitas de unos personajes que se hacen vivos, terriblemente cercanos.
Asombra la simplicidad de la propuesta y lo adictivo de sus resultados. Y además es una obra de arte que invita a la reflexión, pues, ante tanta basura, ante tantas costosas producciones televisivas, ante tanto reality vacío de ficción, llega el baratísimo poder de la palabra, la verdadera vida reflejada en frases y miradas… y se coloca en el pedestal del lujo inteligente. Televisión que cautiva, que enamora.
Claro que no hay que confundirse; imagino a docenas de productores y cientos de estudiantes de cine diciendo: eso podría hacerlo yo, escribirlo yo, dirigirlo yo. Casi nadie podrá, pero bienvenido sea el intento si ello sirve para que luego venga Rodrigo García y lo mejore. Por cierto que el Sr. García no hace sino confirmarse como un director clave de nuestro tiempo, un artista sensible como pocos y sin problemas de sombras paternas. Yo, por mi parte, quedé tan enganchado que, tras esta terapia, intentaré ir a Be 'Tipul, buscar la referencia de la madre de la fascinante criatura. Cualquier buen psicoanalista indagaría en el origen de esta adicción, de esta sensación inefable ante In Treatment, una maravilla de la que no merece perderse ni una sola sesión.
|