Aunque el concepto de la multimillonaria divorciada que busca darle sentido a su vida es oro puro, la serie no siempre está a la altura de su potencial. Los chistes de la riqueza son geniales al principio, pero la trama a veces es predecible y se siente como una comedia laboral estándar. Maya Rudolph está genial, y el primer episodio es brillante, pero después, la serie se suaviza demasiado, perdiendo la oportunidad de ser una sátira más incisiva. Es muy watchable y tiene momentos de risa, pero si esperabas algo tan arriesgado como sus premisas, te va a dejar un poco frío. |