Desde el primer episodio, me atrapó con su mezcla de humor y misterio. David Mitchell encarna a John Taylor de manera brillante, aportando una frescura única al género de detectives. Las tramas de los casos son intrigantes y cada episodio deja ganas de más. ¡Ya estoy esperando la segunda temporada!
Las actuaciones son buenas, especialmente la de Mitchell, pero algunos episodios se sienten lentos y predecibles. La dinámica entre los personajes principales es sólida, pero la resolución de los casos podría ser más impactante. Aún así, es una serie entretenida para pasar el rato.
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