El concepto es buenísimo y original, eso no se discute. La ejecución, sin embargo, es irregular. Hay escenas memorables, con un humor ácido que da en el clavo, pero también otras que se sienten excesivas o simplemente raras sin propósito. A veces parece más una colección de sketches que una serie coherente. Pero al menos es diferente, y eso ya es algo. Si te gusta lo extraño con algo de crítica social disfrazada de locura, vale la pena probar los primeros episodios. |