Pierre Sérisier (Le Monde) | |
Su gran virtud, más allá del control del tema, las interpretaciones, la sólida construcción de los arcos narrativos y la gestión de los giros de la trama, es ser una serie de espionaje con un tono diferente y creíble: amoral, sin grandilocuencias ni sobreexplicaciones. |
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Clélia Cohen (Diario Libération) | |
Serie de espionaje que antepone el estudio de personajes a las escenas de acción (...) Con un inicio perfecto (intrigante, elegante) (...) Mathieu Kassovitz se reinventa en esta serie, una revelación. |
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