Este no es "solo otro documental sobre la vida silvestre". La filmación es increíble, con equipos en el lugar durante todo un año para cada episodio, y ofrece información nueva en cada uno. Sin embargo, la escritura es inconsistente, variando entre un tono coloquial y formal, a veces inclinándose hacia los documentales sentimentales más baratos. Esto te hace apreciar aún más la habilidad de David Attenborough para evitar las personificaciones sentimentales y las especulaciones vacías sobre lo que los animales podrían estar pensando o sintiendo. A pesar de esto, el valor cinematográfico y educativo es tan alto que merece la pena pasar por alto estas deficiencias. |