Entre Arnold disparando y cascando chistes, y Monica demostrando que no es solo hija del jefe, se nota que Nick Santora ha encontrado la fórmula en esta segunda temporada: acción, risas, y hasta un poco de drama con la ex‑CIA de Carrie‑Anne Moss. Tiene giros, tensión familiar y un montón de personajes que aportan su salsa. Si te mola desconectar pero con ritmo, este comienzo cumple de sobra.
Vi los dos primeros episodios de la temporada 2 y esto me suena a ‘montón de cosas para seguir enganchando’, pero a veces se siente sobrecargado. Hay tiros, explosiones, y bromas locas, pero también cambian de trama tan rápido que me perdía quién era quién. Arnold sigue ahí, ¿eh? Y el rollo familia-operativo tiene encanto, pero el guión se dispersa. Entretenido, pero le falta foco.
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