Frank Lucas se convirtió en un importante traficante introduciendo heroína en suelo americano escondida en los ataúdes de los soldados muertos en Vietnam. Pero finalmente llega el día en que todo se complica al albur de la investigación encabezada por el detective de policía Richie Roberts. Las historias de estos dos personajes son magistralmente narradas en un montaje paralelo. Tanto Denzel Washington como Russell Crowe están perfectos en la piel de sus personajes y su primer encuentro está rodado de una forma absolutamente genial por Scott. A partir de aquí el ritmo irá in-crecendo hasta el cuarto de hora final. Una maravilla de película que bebe directamente de los mejores thrillers de los 70. |