Segunda película del Universo Extendido de Star Wars. Con el maestro Lawrence Kasdan al guión - recordemos que fue el autor del libreto de la mejor de la saga, El imperio contraataca - el buen tratamiento de los personajes estaba garantizado y así ha sido. Nos encontramos ante un western en el que los caballos y los revólveres han sido sustituidos por naves espaciales y pistolas láser. Ante todo es una película muy divertida, rebosante de carisma y de nostalgia. La química entre Solo y Chewie -las auténticas estrellas de la función - sigue a la altura de las originales y los secundarios están muy bien, robando escenas sin parar - genial el cazarrecompensas de Woody Harrelson, por cierto -. Solo Emilia Clarke no da la talla en su papel, tan insípida como es habitual en ella. Los efectos visuales y la peculiar fotografía - en tonos azules oscuros y marrones barrosos - brillan a gran altura. Atención al inesperado cameo final de un carismático personaje que, con toda probabilidad, aparecerá en continuaciones de la saga. Buena película de Star Wars, muy superior al despropósito de 'Los últimos Jedi'. |