Los Minions son esbirros amarillos, que han existido desde el principio de los orígenes, han evolucionado de un amarillo organismo unicelular a los seres que tienen un solo propósito: servir a los villanos más ambiciosos. Después de que sus amos fueran destruidos, deciden aislarse del mundo y comenzar una nueva vida en la Antártida. En algún momento de los años 60, la falta de un jefe les lleva a la depresión, pero un valiente Minion y otros dos voluntarios se ponen en la búsqueda de uno nuevo. Llegan a una convención de villanos, donde compiten por el derecho de ser secuaces de Overkill Scarlet, una villana elegante y ambiciosa decidida a dominar el mundo y convertirse en la primera super-villana.
La cinta cumple porque garantiza pasar un rato muy divertido lleno de risas, ya que es imposible no soltar una que otra carcajada con estos pequeños compinches amarillos.
Las simpáticas criaturas amarillas de 'Gru, mi villano favorito' lideran su propia película y, sorprendentemente, esta precuela resulta muy superior al original. El toque de moralina que no a todo el mundo convencía de las dos primeras películas de Gru aquí brilla por su ausencia. Estamos ante una película muy divertida aliñada con un montón de gags verbales y visuales, impregnada por ese mismo maravilloso sentido de lo absurdo que ya aparecía en las dos anteriores entregas de la franquicia. Lo más sorprendente y conseguido de la cinta es que aún no hablando ningún idioma en particular, en todo momento intuimos lo que pretende decirnos el trío protagonista gracias a las inflexiones de voz, el contexto y las pocas palabras que sí se entienden. Únase a esto una espléndida animación, una eficaz banda sonora y lo que tenemos es una película muy entretenida y de ritmo ágil, superior en todo a sus dos antecesoras.
Premios
BAFTA 2016: 1 nominación - Mejor Película de Animación