Crítica de 'La casa del dragón'

¿De qué trata?

Ambientada unos 172 años antes del nacimiento de Daenerys Targaryen, 'La Casa del Dragón' cuenta la terrible y retorcida historia de cómo las disputas por el Trono de Hierro en el seno de la familia Targaryen acabaron provocando la casi extinción de toda su estirpe y de sus aladas bestias de guerra. En lugar de abordar toda la génesis de la Casa Targaryen con un detalle exhaustivo como en la extensa novela de Martin, Fuego y Sangre, 'La Casa del Dragón' se centra en algunos de los momentos cruciales expuestos en La Princesa y la Reina, un relato de cómo algunas de las familias más poderosas de Poniente se convirtieron en enemigos mortales.

La Casa del dragón comienza con Viserys I (Paddy Considine) tomando el control del reino tras una sucesión polémica en la que un consejo votó entre varios contendientes y eligió a Viserys por encima de la princesa Rhaenys (Eve Best). Ahora Viserys es rey, pero no tiene herederos varones. Tiene una hija enérgica e inteligente, la princesa Rhaenyra (Milly Alcock), que monta dragones, defiende sus opiniones y, aunque su amiga Alicent (Emily Carey) cree que no le presta atención, conoce su historia, es decir, que no puede llegar a gobernar en esta sociedad patriarcal. Así que Viserys, recién enviudado, tiene un problema: o se casa de nuevo y sigue intentando tener un hijo o nombra a su hermano Daemon (Matt Smith) como sucesor. Esta última opción es mala porque Daemon es tiránico a pesar de su escasa influencia. El principal consejero de Viserys, Ser Otto Hightower (Rhys Ifans), que también resulta ser el padre viudo de Alicent, se preocupa por lo que Daemon haría con el poder absoluto.

Si muchos fans de 'Juego de tronos' albergaban ciertas dudas respecto a la serie, su primer episodio, dirigido por Miguel Sapochnik, alviará todos sus temores. Apoyándose en un sólido guion y una espectacular y puesta en escena, 'La casa del dragón' ofrece todo lo que le pediríamos a un episodio de 'Juego de Tronos', sin apenas ofrecernos un solo momento de respiro.

Hay una buena dosis de intrigas políticas —a destacar las escenas en el consejo privado—, violentas justas, escenas crudas en las calles en una terrible noche... y dragones. Aquí HBO no ha escatimado esfuerzos ni dinero en un diseño de producción muy ambicioso que incluso deja atrás a su predecesora.

La principal diferencia de esta serie con su predecesora es la escala: si en la primera temporada de Juego de tronos nos encontrábamos con un par de docenas de personajes repartidos por todo Poniente y más allá del Mar Angosto, en La casa del dragón la narrativa discurre en su mayoría en la Corte de la Fortaleza Roja, centrándose mucho más que su predecesora en las intrigas palaciegas.

Mientras que Juego de tronos ilustró con maestría los engaños y las intrigas políticas subyacentes a lo largo de varias temporadas y desde muchas perspectivas claramente definidas, La Casa del Dragón da por sentado que el espectador entiende esto sobre su mundo, y no pierde el tiempo fijándose en los actos de traición intrafamiliar de sus personajes. Aunque la sensación de urgencia de 'La casa del dragón' parece tener el potencial de hacer que la serie sea más ágil que su predecesora, corre el peligro de dar un paso en falso una vez que se han presentado todos los actores y se han revelado sus motivaciones.

Respecto al elenco de 'La Casa del Dragón', hay que destacar el brillante trabajo de Milly Alcock como la joven princesa Rhaenyra Targaryen y el de Matt Smith como su tío Daemon Targaryen, con dos personajes con trasfondos complejos. Paddy Considine como el Rey Viserys, es otro actor que hace que la serie gane puntos cada vez que entra en escena.

Personajes

Dirección

Miguel Sapochnik, que venía de rodar algunos de los episodios más celebrados de Juego de tronos, como "La batalla de los bastardos" o "La larga noche", intenta aquí mantener un equilibrio entre el respeto al legado de Juego de tronos y abonar algo nuevo que pudiera llegar a ofrecer algo mejor que la serie original.

¿Merece la pena verla?

HBO ha creado una serie que parece diseñada para ofrecer a los devotos de Juego de Tronos un facsímil de lo que les gustaba de la serie original, mientras que los fans casuales de Juego de Tronos obtienen muchos, muchos dragones.

Nota

Lo mejor

La calidad de la producción es superlativa, desde la puesta en escena, la música, las caracterizaciones... hasta los impresionantes efectos CGI con las brutales bestias aladas de los Targaryen a la cabeza. HBO no ha escatimado en presupuesto y se nota.

Lo peor

La falta de variedad de personajes, personalidades y escenarios. Parte de la diversión de Juego de Tronos era ver cómo la geografía y los diferentes niveles de endogamia hacían que cada Casa tuviera una visión diferente del mundo.

Las horribles pelucas rubias de los Targaryen.

A mitad de temporada se producen cambios actorales importantes y desconcertantes.