La trama, centrada en Riya (Eiza González) despertando en un planeta desconocido con su tripulación asesinada, me mantuvo al borde del asiento. La dirección de Flying Lotus es impresionante, creando una atmósfera tensa y envolvente. Aaron Paul aporta profundidad al personaje de Brion, y la química entre él y González es palpable. Las secuencias visuales son alucinantes, con efectos especiales que complementan perfectamente la narrativa. Además, la banda sonora compuesta por el propio Flying Lotus añade una capa extra de inmersión. |