Críticas de la prensa de COMANCHERÍA

Un clásico instantáneo del western moderno, que viaja por carreteras familiares, pero siempre, siempre, con un giro fresco y original

Un disparo al corazón de cualquier espectador con hambre de plomo. (...) una de la mejores películas de la temporada.

'Hell or Highwater' es un espléndido western contemporáneo. Dramático, sensible y humano. (...) Puntual, apasionado, entretenido y sorpresivo.

Un hipnótico western moderno con la intensidad enrollada de una serpiente de cascabel a punto de saltar

De lo mejor que nos ha dado el cine de Hollywood, un relato clásico y sin limaduras políticamente correctas.

Filme (...) imaginativo, intenso y desolado.

Un crepuscular thriller texano que pega fuerte (...) Pine y Foster traen una madurez nueva y envejecida a sus interpretaciones

Excelente 'thriller' rural, o wéstern policiaco (...) magnífica historia donde figuras y paisajes se funden en uno.

Un neowestern más cercano al universo desesperado del escritor John Steinbeck que a Terrence Malick o Cormac McCarthy (...) Una Texas desértica y quemada por el Sol, vista por el estilista director con mucho humor negro

Un Jeff Bridges enorme (...) Neowestern tan bufo y amargo como una canción de Nick Cave.

Una película con un puñado de momentos memorables - la mayoría de ellos involucrando a un Bridges tirando insultos a la gente - pero sin grandes novedades que decir

Filme sobre la familia como trasfondo, con la conflictividad social de escaparate y con un excelente guión llevado con excelsa brillantez ante la misma retina del espectador.

Divertida, crepuscular y emocionante, es una historia sobre la fraternidad y la familia que se adapta a la dura belleza del paisaje, la esquiva naturaleza de lo correcto y lo incorrecto y las estrafalarias conexiones humanas en una época de confuso cambio 

Chris Pine, Ben Foster y Jeff Bridges están brillantes (...) 'Hell or High Water' sintoniza con la desenfrenada adrenalina de lo criminal, pero también es un drama moral que toma la medida de cada acción desestabilizadora que se muestra 

Una estremecedora historia de forajidos con perspectiva socio económica y un rico sentido de la atmósfera 

'Si 'No Country for Old Men' fuera rehecha como una película de robos, sería algo como 'Hell or High Water' 

La estructura de la trama no evoluciona más allá del 'policías persiguiendo a ladrones', pero 'Hell or High Water' equilibra su humor amplio e inteligente con algo real, serio y tremendamente triste (...) Un viaje firme y perfectamente disfrutable 

Un gran wéstern social. (...) Una de las películas más sorprendentes de los últimos años (...) Es cine mayúsculo sobre recompensas: económicas y, aún mejor, morales. 

Este paseo por los géneros fundacionales del cine clásico norteamericano tiene un desparpajo y un delirio que lo convierten en un muy atractivo exponente clase B en la línea de varios films de los hermanos Coen (...), de esos que ya no abundan en el cine contemporáneo. 

Es una película sobre la hombría, sobre la hermandad y sobre un Estados Unidos que social y económicamente se resquebraja. Los apuntes están allí, en el guión y en la imagen. Quien quiera mirar, que lo vea. 

Contundente policial tex-noir (...) La puesta en escena de Mackenzie va trabajando de manera tan sobria como elocuente no sólo la simetría de ese fatum entre asaltantes y policías sino también la construcción del espacio. 

Resulta atrapante desde la primera secuencia. Y no solo porque la historia es potente, y los actores trasmiten empatía, sino porque cada plano está compuesto como una obra pictórica, aprovechando la inmensidad de las locaciones. 

Una película modélica, un ejemplo claro de que se puede hacer un cine popular e inteligente, potencialmente masivo pero no banal, relatos de suspenso y acción que no subestimen al espectador ni lo obliguen a desconectar 

El retrato crudo de la Norteamérica blanca con su proclividad a la violencia, escenarios sin concesiones, su timing y respeto al género no tiene desperdicio. 

La premisa parece típica y sencilla, sin embargo, todo está desarrollado en una forma ágil, con sentido del humor en las líneas de los protagonistas y con un una narrativa ágil y de fácil acceso para todos. 

Por su premisa y por su trama, la cinta es un western actualizado, un retrato del ciclo de pobreza y violencia que ha marcado la historia moderna de Estados Unidos. 

El filme es pródigo en tensión y escenas bien resueltas. 

Es una película pequeña, de narración ágil y tensa, que nunca se pierde y avanza solo en una dirección: hacia adelante, sin flashback ni recovecos y sin atajos raros. Como si perteneciera al género B, con poco dinero para el rodaje y las tomas, y con la obligación del buen profesional. 

La elegancia y la seguridad con que filma Mackenzie consiguen que la tristeza envuelta en la historia se proyecte con una ternura otoñal, pesarosa, fatalista. Este tipo de paradojas es el material del que están hechas los buenos filmes. 

El escocés David Mackenzie (1966) ha demostrado una notable variedad estilística en sus nueve largos. (...) es su mejor película, un western moderno con agenda social incorporada que no desatiende la entretención en beneficio del discurso. 

Funciona gracias a la destreza del guionista Taylor Sheridan y el director David Mackenzie, y a la soberbia actuación de Jeff Bridges, quien ya tiene escriturado el Óscar como actor secundario. 

El guion que firma Sheridan no tiene una sola concesión a lo políticamente correcto. (...) Sheridan no pretende presentarnos una simplista lucha entre buenos y malos. Lo que veremos es a unos tipos en lados distintos de la ley, que comparten un profundo sentido del deber. 

Una película de ambiente rural, honesta y sin mayores pretensiones. (...) El director David Mackenzie, escocés, abandona los esquemas propios de Hollywood para describirnos asuntos escamosos de innegable trascendencia. 

Un par de hermanos ladrones de bancos en un thriller cargado de resentimiento social y furia, mientras su contraparte, un viejo policía, los busca con calma y lucidez. 

Se trata de un filme tan inteligente como salvaje y que recupera esa reflexión moral que caracteriza lo mejor de una tradición cinematográfica que –todavía– se resiste a morir. 

Ya podría catalogarse como un western urbano de antología. Combinando un estilo road movie con drama familiar y género policial incluido, (...) es uno de los mejores títulos que se han estrenado en los tiempos que corren. 

El director David Mackenzie maneja los tiempos con maestría: usa muchas elipsis, pero es capaz de mantener una cámara a la altura de un hombre sentado que conversa una cerveza en un porche, mientras la profundidad de campo nos permite observar, al fondo, objetos que son importantes pistas.  

Es rica en situaciones y diálogos que no son habituales, y su gran cualidad es que funciona en varios niveles, tal como sucede con lo mejor del género negro. 

Un western moderno con todas las de la ley. 

El juego propuesto por Sheridan y Mackenzie es sumamente atractivo. No es empero cine para cinéfilos exclusivamente.