Críticas de la prensa de ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE

La obra maestra de ciencia ficción de Steven Spielberg quizá sea su creación más cercana a una epopeya a la antigua

Es la película definitiva de Steven Spielberg, tanto en sustancia como en estilo (...) Muy adelantada a su tiempo en términos de efectos especiales, es una obra maestra de extravagancia sorprendente

Una película muy buena (...) Un logro extraordinario, capturando la sensación de asombro y sorpresa que tendríamos al considerar la posibilidad de que haya vida más allá de la Tierra

Obra maestra (...) La historia es emocionante y los efectos especiales son inigualables (...) Son los complicados asuntos personales los que hacen a la película remarcable

[Spielberg] es un director que es capaz de crear momentos de puro cine, donde el apartado visual puede transmitir en un instante lo que a un guion entero le cuesta

[Un] viaje maravilloso con la seductora expectativa final de una amistad entre alienígenas y humanos

La cinta sigue los pasos del mejor cine de su realizador (...) Una abducción necesaria 

Clásico del cine fantástico que confirma su originalidad y validez a pesar de los años transcurridos

Una película increíble (...) Es mérito de Spielberg que, a pesar de toda la opulencia visual, sus actores nunca se ven mermados (...) Una de las virtudes de 'Close Encounters' es que nos deja con ganas de saber más. 

Enorme, espectacular (...) 'Close Encounters' sorprende más cuando presenta sensaciones visuales y auditivas que podrían ser descritas como estar en el estilo disco de los 70. 

'Close Encounters of the Third Kind' tiene una idea atrevida, con unos efectos especiales y técnicos sobresalientes (...) sin embargo, los primeros 100 minutos son algo redundantes en la exposición e irritantes en tono. 

Aunque la estructura extraña tiene valor, acaba reduciéndose a un gran espectáculo de luz en el acto final – y hay algo que incomoda en toda esa gente mirando absorta al cielo. 

Para bien o para mal, una de las mejores películas de Steven Spielberg (1977) y quizá la mejor expresión de su visión soñadora y benigna (...) Gracias a su considerable habilidad y destreza, tiene un impacto innegable