El día de su primera comunión, el niño Honorato queda huérfano porque la mafia asesina a sus progenitores. Antes de morir el padre recomienda al hijo defenderse de quien intente dañarlo por lo que al paso del tiempo se convierte en un sanguinario y sádico pistolero, siempre acompañado por el fantasma de su padre. Su fama lega a oídos de Rutilo, el capo de la central de abastos, quien lo contrata para vengar la muerte de su hijo. Honorato cumple la misión con lujo de violencia y se hace hombre de confianza del mafioso.
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