Desternillante continuación de 'Infiltrados en clase (2012)'. Lejos de limitarse a ser el típico refrito de la primera, la sucesión de gags realmente inspirados de ésta hace que uno pierda la cuenta de las carcajadas que le provocan. El juego planteado por los guionistas equiparando la amistad entre los personajes de Tatum y Hill a una relación amorosa resulta de lo más efectivo para provocar todo tipo de situaciones hilarantes, algo a lo que también contribuye el que le hayan dado más cancha a los personajes secundarios. Para pasar un buen rato. Por cierto, no te pierdas títulos de crédito finales, son lo mejor de la película. |