De aquí sólo podía salir una genialidad. Y sí, en parte lo es; sobre todo cuando el ruso saca a pasear sus juguetitos marca de la casa. No tanto cuando abraza el convencionalismo.
Aunque la actuación de Whishaw es destacable y la historia es interesante, sentí que la narrativa se volvía un poco confusa en algunas partes. La película tiene momentos brillantes, pero en conjunto podría haber sido más coherente. Aun así, vale la pena verla por la interpretación del protagonista.
La trama parecía prometedora, pero la ejecución dejó mucho que desear. La película se siente desarticulada y, en ocasiones, exagerada. Además, algunos cambios abruptos en el estilo visual me distrajeron más de lo que aportaron.