Esta película bebe claramente de la escuela Woody Allen, tanto en sus personajes como en su trama visiblemente influenciada por las paranoias de Allen. Pese a tratarse de un film francés, Sophie Lellouche nos ofrece una comedia romántica que sigue las pautas del cine estadounidense aunque, justo es reconocerlo, sin perder su identidad francesa y parisina. Comedia algo cursi y previsible pero disfrutable. Atención a su sugerente final con sorpresa incluida. |