No sabía bien qué esperar de Summer of '69, pero me sorprendió gratamente. Jillian Bell consigue esa mezcla rara entre lo ridículo y lo entrañable, y Chloe Fineman está brillante como esta chica medio loca, medio adorable, totalmente obsesionada. Hay algo muy fresco en la forma en que la historia se ríe de sí misma, con ese humor pasado de rosca que te hace pensar: “¿¡cómo aprobaron esto!?”... y al mismo tiempo, te atrapa. Me recordó un poco a las comedias teen de los 2000 pero con un twist moderno y un toque de sátira. No es para todos, pero si entras en su juego, te la pasás bomba. |