El recién elegido Presidente Mandela es consciente de que su nación sigue estando dividida tanto racialmente como económicamente debido a las secuelas del apartheid. Creyendo que puede unir a su pueblo a través del lenguaje universal del deporte, Mandela apoya al desamparado equipo de rugby de Sudáfrica cuando, con pocas probabilidades, participa en el Campeonato Mundial de 1995.
Su pueblo necesita un líder. El les dio a un campeón.
Clint Eastwood, un maestro (...) hace que amemos a Mandela, nos sintamos orgullosos de Francois y nos alegremos por los valientes Springbok. Un gran entretenimiento
Nelson Mandela alcanza el poder tras ser liberado de su larguísimo cautiverio y se enfrenta a la peligrosa amenaza de fractura entre blancos y negros. Para atajarla decide utilizar el deporte, en este caso a la selección nacional sudafricana de rugby y al mundial de este deporte que se celebra en su país. Cuando el maestro Eastwood se pone tras la cámara siempre esperamos una obra maestra. No es éste el caso pese a que es una historia muy bien contada y al impresionante papel de su protagonista Morgan Freeman que fue nominado al Oscar por ello. Las escenas de los encuentros, muy bien rodadas, están cargadas de emoción. Sin embargo la acidez que Eastwood muestra en otras películas brilla aquí por su ausencia y más al tratarse de un tema -la tensa relación entre blancos y negros- por el que pasa de puntillas. Buena película pero no entre las mejores del director.
Premios
Oscar 2010: 2 nominaciones - Mejor Actor Principal - Mejor Actor Secundario
Globos de Oro 2010: 3 nominaciones - Mejor Actor Película de Drama - Mejor Actor de Reparto Película - Mejor Director de Películas
César 2011: 1 nominación - Mejor Película Extranjera
SAG 2010: 2 nominaciones - Mejor Actor Principal - Mejor Actor Secundario