Inès trabaja en una gran empresa alemana establecida en Bucarest. Su vida está perfectamente organizada hasta que su padre Winfried llega de improvisto y le pregunta ”¿eres feliz?”. Tras su incapacidad para responder, sufre un profundo cambio. Ese padre que a veces estorba y que la avergüenza un poco le va a ayudar a dar nuevamente sentido a su vida gracias a un personaje imaginario: el divertido Toni Erdmann…
La ternura y la amargura de la película se mantienen en tan perfecto equilibrio, y están plasmados con tal energía tensa y vigorosa, que verla es como sentir un masaje deportivo de tres horas en tu corazón y en tu alma
Desternillante y conmovedora (...) es una de las películas del año (...) no requiere ni glasearnos con finales felices ni hundirnos en la miseria para conmovernos profundamente.
Esta película de la alemana Maren Ade, que viene precedida por una catarata de elogios prácticamente unánime por parte de la crítica festivalera, narra el reencuientro entre un padre y una hija que ya no logran conectar como antes a raíz de lo cual él toma una drástica decisión para intentar que ella sea feliz. Lo primero que destaca del filme es que Ade consigue encontrar el tono adecuado para que lo que nos cuenta funcione y nos lo creamos. La puesta en escena busca la naturalidad ante todo con detalles que resaltan el absurdo de ciertas situaciones a través de excelentes diálogos. Todo funciona como un rejoj: nada sobra ni nada falta. Las interpretaciones de Sandra Hüller y Peter Simonischek son excelentes, sobre todo el personaje de él que es complicadísimo. Una joya inesperada que ya es uno de los mejores estrenos de 2017.
Premios
Oscar 2017: 1 nominación - Mejor Película de Habla no Inglesa